El Silencio








      

      Aquel día estaba muy feliz, porque por primera vez saldría a una fiesta de disfraces. Tuve un poquito de miedo al principio, porque no sabría como me comportaría fuera de casa, pero mi mejor amigo me había invitado a su fiesta de cumpleaños en un Parque de atracciones que se encontraba en un Centro Comercial en Plaza Mayor, teníamos poco tiempo que habíamos llegado a Puerto La Cruz. Todos me saludaban al verme, yo decía: —mami, mami a todos les gusta mi disfraz de jirafa— Si mi niño, por supuesto te ves estupendo con ese disfraz — acotó mi madre. — Insistí tanto, que mi madre tuvo que hacerlo en una noche en su máquina de coser.

    Llegamos al parque había una gran algarabía en el lugar, niños gritaban en el plato volador, otros se reían cuando la estrella bajaba de repente, todos querían tomar un carrito chocón, sin embargo, era un parque pequeño al que yo no estaba acostumbrado a ver en la Capital, pero, aquí la gente era muy amable y sobre todo muy sociable. Llevaban la vida con menos sosiego, que aquella vida que llevamos mi mamá y yo allá en Caracas. Y lo que me gustaba que no era visto como un bicho raro. Yo era lo más importante en la vida  para mi madre y por mi abandonó nuestro apartamento en Caracas, un buen empleo le ofrecieron y es como vinimos  a esta provincia que nos abrió sus puertas y nos ha recibido sin cuestionarnos.

     Es increíble como me tratan y me apoyan, sin yo pedírselos si quiera. Y lo más auténtico aún, sin discriminación alguna, eso habla muy bien de esta ciudad y esta gente. Ese concepto erróneo que dicen: “Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra” realmente no aplica, porque la ciudad no la hacen sus estructuras, sus edificios, sus carros o sus trenes de lujos. Una ciudad tiene ese derecho de llamarse así, porque conviven personas que se portan como ciudadanos, a pesar de que también sufren, o tienen problemas, tienden la mano amiga, sin conocerte. Recuerdo que le dije a mi madre: 

—mami, mami gracias por traerme aquí, me he divertido mucho— Si mi niño, ha sido la mejor decisión que he tomado — Quien iba a pensar, que esta ciudad sería la mejor terapia para mí, viviendo en la capital con los mejores especialistas, nunca fui tan feliz como ese día. Vi desde lejos una conversación entre mi madre y un joven:
—     Señora, le gustaría comprar una mascota para su hijo— interrumpió un joven —.Cuando toda la película de aquella vida de exclusión pasaba por mi mente. Mi madre respondió: —     Déjame preguntarle, porque él es quién debe decidir y cuál. —     Por supuesto, cuando guste pasa por nuestra tienda de mascotas. Acá le dejo la tarjeta, pregunta por Luis Daniel. —  Gracias joven, que casualidad te llamas igual que mi pequeño. — puntualizó mi madre. —  Que bien debe ser muy inteligente. — Se sonrío el joven por lo dicho. —     Si él decide ir, iremos al terminar la fiesta de disfraces. — Los esperaré con gusto. Hasta pronto.

    Concluyó la fiesta y lucía radiante, nunca me había sentido tan feliz como ese día. Me preguntó: ¿quieres ir a una tienda de mascota? Enseguida respondí con un gran abrazo tan fuerte que casi le quito la respiración.

     Llegamos a la tienda, había canarios, loros, conejos, gatos, hámster y hasta culebras, me dije cómo puede haber gente que tengan de mascota una culebra. (me dijo mi madre). En eso llegó Luis Daniel, se presentó ofreciendo su mano para que chocara mi mano con la de él. Fuí directamente donde estaban los perros. Mi madre estaba aturdida de la algarabía del parque, ahora le tocaba escuchar otro tormento más. Pero, todo lo hizo por mí, me amaba demasiado y era capaz de cualquier cosa para hacerme feliz. No pudo esperar más, y fue a contarle a mi abuela toda la felicidad que en ese momento sentía. La llamó y atendió rápido la llamada. Me imagino su conversación. (jajaja):
—     ¿qué pasa hija, sucede algo malo con Luis Daniel?
—     No madre, al contrario, estamos felices aquí.
—     Ah y ¿dónde andas, parece un zoológico?
—     No madre, aquí en Puerto La Cruz, no hay zoológico
—     Y ¿por qué se escuchan animales?
—     Estoy en una tienda de mascotas.
—    ¡ah ya entiendo!
—     Luis Daniel está viendo unos perritos, le compraré una mascota.
—     Que bueno hija, por eso me gustan las casas, porque así puedes tener perros y gatos, sin problemas.
—     Si mamá un apartamento es cómodo para mí por lo pequeño, pero esta nueva casa es grande hay un jardín y allí podré cultivar lo que se me antoje para preparar mis salsas.
—     Me alegra mucho saber que están felices allá. Pronto te visitaré.
—     Si madre te espero, y pasas unos días con nosotros, vamos a la playa acá es súper relajante podemos ir caminando a la playa.
—     Hasta mañana, me está haciendo señas Luis Daniel. —

        Le tuve que hacer señas, para que dejara de hablar y me preguntó —¿qué decidiste llevar?   —Le enseñé a un cachorrito que desde que me vio, no paraba de juguetear conmigo, ambos conectamos, como si nos conocíamos de toda la vida. El chico de la tienda llamó aparte a mi madre y le dijo: — el cachorro perdió la capacidad auditiva, igual se lo lleva ¿cierto? Por supuesto, no me lo llevo como guardián, será el amigo de mi hijo. — Me imagino que eso, le respondió mi madre, por lo que pasó después. 

           
El veterinario dio las indicaciones, cómo debía alimentarlo, los medicamentos que tenía que tomar y la periodicidad de sus visitas a chequeos. Usted está segura del compromiso señora Mariela preguntó el Doctor. Ella le dijo que ¿cree usted? El Doctor entendió cuando vio como me comunicaba con el cachorro. Mi madre indicó que seleccionara los implementos para mi nueva mascota, su collar, sus implementos de comida y hasta una placa con su nombre.  Aquel cachorro y yo éramos iguales. Éramos hijos del Silencio.

   
        Ese día salimos del parque de atracciones, una jirafa y un lindo cachorro a quien le puse Puppy, a nuestro nuevo hogar. Ya tendría con quien jugar y mi madre aceptar que yo era un niño con una condición auditiva, pero eso no me impedía comunicarse con los otros, el problema no era Yo, y se dio cuenta cuando Puppy me entendía todo, el problema fue siempre ella y los demás que nunca me habían aceptado tal cual era. 



Y puedes acceder a sus normas aqui   o en este otro 

Mes: Febrero

Título:  El Silencio   

Objetivo: 21 Cuenta una historia que suceda en un parque de atracciones.
Objeto 1: Un disfraz de jirafa
Objeto 2: Una mascota
Palabras: 1075
Pasa el Test de Bechdel: NO
Medallas: Interesante,Verborrea Interminable.

MICRORelato: #OrigiReto2019(FEBRERO)



      Aquellas palabras de mi madre que estaba en buena compañía, me hicieron recordar el gran amor hacia mi esposo y mis hijos (sus chicurretos como ellas los llamaba). Tenía que volver. Entonces, al despertar dije en voz alta: no todo, fue un desastre después de todo y me reí. Mi esposo pregunta:
—     ¿y eso por qué la risa? — Amor ¿recuerdas nuestra primera cita? —¡claro! Ah, pero, ¿acaso te vas a burlar de mí? — No, eso jamás — Volví a reír.
     Cuando tuvimos nuestra primera cita, todo fue un desastre. En aquel restaurante de Papallacta en Napo (Ecuador), cuando tocó pagar la cuenta, lo hizo con un cheque sin fondos, y para escapar tuvimos que recurrir a una mala jugada, provocamos fuego en el restaurante, mi esposo auxilió a todos convirtiéndose en el héroe. Logramos salir de allí sin pagar la cuenta.  Por eso, mi madre no le tenía mucha confianza, pero me alegra que haya cambiado de opinión. Y aunque aquella  cita fue un total desastre. Hoy estoy felizmente casada con mi héroe.
        

Título:  NO TODO FUE UN DESASTRE
Objetivo: 20 
Haz un escrito sobre una cita que sea un desastre
Objeto 5. 
UN CHEQUE SIN FONDOS
Caracteres: 1000
Pasa el Test de Bechdel: NO
Medallas: Verborrea Interminable
  



El microrrelato anterior enlazado a Despedida  








REFORZADORES ORIGIRETO 
MES DE FEBRERO 


@Hinimen  

La chica que cayó a la piscina


@EricaFortuny
Desconexión








Comentarios

  1. Hola,
    Yo creo que cada ciudad y establecimiento, lugar y espacio tiene su encanto. Me ha llamado la atención esa mirada introspectiva desde los ojos de una niña que todo lo ve gustosamente. No es fácil que los niños sean agradecidos. Y mucho menos, que le den valor a lo que les rodea. Me ha enternecido. Pero quería decirte que cada ciudad tiene sus dichos, sus apodos... etc en Cataluña pues nos llaman "Agarrados" por aquello de que la vida es muy cara y de que posiblemente, por eso somos tacaños. jajajajja hace gracia pero de que la vida es cara, lo es un rato. Un saludo y perdón, por no pasar antes, pensé que te había comentado. Le estoy cogiendo gusto a tus relatos. Saludos!!!

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