LA SIRENA DEL CARIS

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RELATO ENERO #ORIGIRETO2020 

LA SIRENA DEL CARIS

(Basada en la Leyenda de la Carona)

Habito en las profundidades del Río Caris, se trata de una corriente hidrográfica, el cual desemboca en el río Orinoco, muy cerca mi pequeño pueblo natal. Soledad me trae recuerdos muy lindos, pero también tristes.

Recuerdo que fui una dulce niña huérfana que vivía con su abuela Rachel. Amaba leer y ver películas, duraba horas pegada a la pantalla de la TV viendo series de Disney, en especial, me gustaba mucho “La Sirenita” cuando salió para 1989. Mi abuela se molestaba muchísimo, porque siendo ya una joven adulta tomaba sus manteles y me enrollaba las piernas, con una estaca sujetaba la cola de pez. Me gritaba: — Ya no eres una niña — ¡tiempos felices aquellos!

Pero, todo cambió para mí aquel día que murió mi Rachel (así le llamaba yo), había sido la única quien me había brindado amor y su protección. Ese día, después de sepultar a mi abuela, me fui al río. La tristeza me embargaba. Me preguntaba qué mal había hecho, para merecer tantos castigos.

Primero había perdido a mis padres en aquel terrible accidente en el Puente de Angostura, pocos días de ser inaugurado, ese año de 1967. A pesar de todos los esfuerzos realizados, sus cuerpos nunca fueron localizados en aquel imponente Orinoco. 

Gaita dedicada al Orinoco

Mi padre había conocido a mi madre en Bolívar. Mi abuela como siempre con sus leyendas me dijo tu “papá cuando comió la Zapoara se quedó enamoradísima de tu madre”, porque quien come este pescado se queda para siempre anclado en estas tierras. En realidad, mi madre y mi padre se amaron mucho cuentan todos los que fueron testigos del hechizo del pez. Ese día salieron de paseo a recorrer el puente y se disponían visitar a mi abuela, con quien me habían dejado pasando unos días, sin saber lo que ocurriría, era apenas una niña de meses para aquellos tiempos.  

 Fuente Sapoara

Testigos del accidente cuentan que mi padre debe haberse distraído con algo y no vio venir una gandola que venía de regreso, con el impacto estos salieron del carro y sus cuerpos cayeron al río y nunca aparecieron. Lo más triste que no tengo donde llevarles flores, no tuve la dicha de compartir con ellos. Lo poco que conozco de ellos, me lo contó la abuela. 

Este inmenso río tiene muchos misterios en sus aguas. Aún evoco en mi memoria, una leyenda en especial que mi abuelita me contaba sobre sirenas; a quienes por estos lados la llaman la “Caronas”. Me imagino, que ese nombre se deba al río Cari, eso mi abuela nunca lo aclaró. Aquella leyenda que me contó, era un poco fuera de lo común, porque todos aseguran que era real. Sin embargo, eso lo descubrirán por ustedes mismos. Les voy a contar la historia, que me contó mi abuela:

Vicente Reyes salió como de costumbre a pescar ese día., cuando se percató que entre las aguas del río Caris nadaba una hermosa mujer. Pensando que le había sucedido algo le gritó de la curiara para prestarle ayuda: “venga acá señorita, suba a la curiara para llevarla a su casa”. Cuando la mujer se acerca y ve que es mitad mujer y mitad pez, se persigna y le ofrece enseguida un poco de anís, porque según contaban los pescadores ribereños, era lo único que la alejaba.

Cuenta Vicente que desde ese día cuando sale a pescar le da su anisado a la Nereida del Orinoco, y que desde entonces la pesca de lau-lau y morocoto se le daba de maravilla. Según a aquellos los pescadores que les caen en gracia, la carona los obsequia con buena pesca y a los que no, los espanta con borbollones y batiéndoles la curiara. Pero, que lo mismo no ocurrió con a un pescador de apellido Tortoledo, porque éste murió del susto que le dio la carona cuando lanzó su canoa desde el Orinoco hasta la garganta del Caris.

Los lugareños cuentan que estas mujeres hechizan a los pescadores que encuentran su muerte, al entonar su canción, dulce, melodiosa, seductora, pero mortal”. Lo cierto es, que en las bocas del Caris mora una sirena conocida con el nombre de La Carona que molesta a los pescadores que capturan peces con dinamita o barbasco. Por ello, que pescadores ribereños sustentan la creencia de que en el Orinoco hay sirenas.

En las profundidades del alto Orinoco por los lados de la región del Amazonas existen ciudades encantadas que llaman Temendagui y pertenecen al reino de Marawari y que cuando un pescador llega a los lugares de pesca y no puede apartar su mente de la mujer amada, lo más probable es que una tonina, lo seduzca y se lo lleve hasta la ciudad encantada.

Estas historias son solo fantasías de mi amado pueblo, aquellas toninas que dicen son una especie o cetáceo de agua dulce, que muchos navegantes españoles le llamaron delfines porque pensaron que habían llegado desde el océano al Orinoco, pero no es cierto, estas inocentes criaturas habitan en estas aguas y son nuestros más fieles compañeros. 

La Tonina del Orinoco

Sin embargo, lo que cuentan sobre la leyenda de la Carona, tiene algo de verdad. Si, investigan un poco encontrarán versiones que se han encontrado osamentas en algunos costas, ríos o lagos. Recuerdo de una en particular que fue noticia entre los años 2006 y 2007, antes de que mi abuelita partiera.

Aquella noticia aseguraba que se había encontrado una sirena en el lago de Maracaibo, en ese entonces evoqué mis recuerdos de niña y bajo aquella soledad y tras perder al único ser que me había amado lloré desconsoladamente. Fui justo, ese día al Puente de Angostura después de leer aquella noticia y me dejé llevar y atrapar por su canto, cayendo en las profundidades del impetuoso, imponente y misterioso mar dulce.

Aquel día la Diosa del Río, me llevó a su reino, se apiadó de mí y me convirtió en una de sus criaturas mágicas, con mi canción entono mi dolor y ahora soy yo una “carona” · quien busca desesperadamente al culpable de mi maldición.

Información extra.

Sus coordenadas son 8°9'23" N y 63°46'12" W en formato DMS (grados, minutes, segundos) o 8.15639 y -63.77 (en grados decimales). Ubicado en Anzoátegui un estado de Venezuela.

El Puente Angostura, sobre el Río Orinoco en la Región de Guayana, fue inaugurado por el presidente Raúl Leoni, el 6 de enero de 1967. Está constituido por un armazón metálico de 1.678 metros de largo y 14,6 metros de ancho. Sus impresionantes torres tienen cada un 119 metro de altura y son las que soportan el tendido de los cables.

 Tonina del Orinoco es el cetáceo de agua dulce más grande del mundo.  Su denominación común proviene de la palabra “toñina”, con la que los navegantes españoles llamaban a los grandes atunes y delfines marinos, creyendo erróneamente que pasaban del océano Atlántico al río Orinoco 

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